“Camino vegetal”: una pasarela de moda sostenible y regenerativa

Por Evelyn Chacón

La pasada tarde del 15 de julio en Barranco, la moda y la sostenibilidad se entrelazaron en un emocionante desfile que dejó una huella positiva en nuestros corazones. La pasarela de moda sostenible y regenerativa “Camino vegetal”, organizada por Pasiflora en el marco del día de Un Día de Cosmética Ecológica, fue mucho más que una exhibición de estilo; fue un homenaje a la naturaleza, la artesanía local y la conciencia ambiental.

Con telas y diseños realizados por la Asociación de Artesanas Yanesha Wamprat de Lomalinda en Palcazú, Pasco, y la colaboración de la talentosa diseñadora Elizabeth Luna, la pasarela nos recordó la belleza de un mundo en equilibrio con la naturaleza.

 Una propuesta de slow fashion

La propuesta de “Camino vegetal” mostró una alternativa frente a la moda rápida actual en la que los insumos, los detalles, las formas y la historia detrás de cada prenda tiene un impacto positivo en nuestro ambiente. El uso de cada una de las prendas presenta una revolución verde para nuestras aliadas, las artesanas yaneshas, quienes nos permiten ofrecer esta alternativa a través de la inteligencia artesanal y natural.

Las telas, tejidas con esmero por las habilidosas manos de las artesanas, capturaron la esencia de la tradición ancestral y el amor por la naturaleza. Las técnicas que se utilizaron fueron el estampado botánico y el teñido vegetal a base de plantas y flores de la región, tales como eucalipto, risino, molle, rosas, cúrcuma, achiote, entre otros. Estas técnicas ancestrales permiten obtener colores vibrantes y duraderos, sin utilizar productos químicos nocivos para el medio ambiente. Así, cada prenda contó una historia, un tributo a la naturaleza y a la sabiduría transmitida de generación en generación.

Una fusión de tradición y creatividad  

En los momentos previos al desfile, se presentaron las técnicas utilizadas al público asistente, desde el momento de la preparación de las telas hasta la presentación de los diseños gracias a las seis modelos, entre ellas una joven perteneciente a la comunidad Kukama.

Asimismo, la presencia de Rosana Espíritu, una de las talentosas artesanas yanesha, y la visita de otras artesanas pertenecientes a otras etnias como Shipibo Konibo fue una representación viva de la dedicación y el esfuerzo de las comunidades locales para preservar sus tradiciones y contribuir al desarrollo sostenible.

Compromiso con el ambiente

El uso de materiales locales y naturales en las creaciones fue uno de los pilares de esta pasarela sostenible. El algodón 100% natural, cultivado y trabajado por familias de la región de la selva central, se convirtió en la base de las prendas. Su suavidad y versatilidad resaltaron la conexión con la madre naturaleza y la importancia de promover una moda respetuosa con el entorno.

Además, los accesorios de madera y bambú, cuidadosamente diseñados y elaborados, subrayaron la preferencia por materiales sostenibles y biodegradables. Estos detalles reflejaron el compromiso de las diseñadoras con la preservación de los recursos y la reducción de la huella ambiental.

La pasarela “Camino vegetal” en Barranco nos dejó con una sensación de esperanza y renovación. Fue un recordatorio poderoso de que la moda puede ser mucho más que una tendencia pasajera; puede ser una fuerza impulsora para el cambio positivo en el mundo.

A través de los diseños elaborados con amor y dedicación por las artesanas Yanesha, y la visión creativa de Elizabeth Luna, presenciamos una celebración de la sostenibilidad, la tradición y la armonía con la naturaleza.

Que este desfile sea solo el inicio de un movimiento que inspire a más diseñadores, consumidores y comunidades a tejer un futuro sostenible donde la moda sea un reflejo de nuestro respeto y cuidado por el planeta que llamamos hogar. Al apoyar este tipo de iniciativas, podemos contribuir a un mundo más justo y sostenible.